El colectivo - Eugenia Almeida

A mediados de la década del setenta, en un tranquilo pueblo de provincias un buen día el colectivo deja de parar. Esa primera vez los pasajeros quedan desconcertados a la vera del camino, viendo como el polvo se eleva y la máquina se aleja. Hay todo tipo de conjeturas, pero se supone que al día siguiente vuelve la normalidad.

Pero no vuelve. Día tras día, el colectivo sigue de largo, y al estupor inicial, le suceden la furia, las sospechas más audaces y un creciente rencor entre los vecinos. La alteración de la rutina evapora la armonía, la hipocrecía se resiente, y salen a la luz envidias, penas y temores tantos años acallados. El chivo expiatorio son una pareja de jóvenes que llegaron de la ciudad y están de paso en el hotel. Son un cuerpo extraño en ese lugar, y son quienes más se desesperan por no poder abandonarlo. Quizás es pura impaciencia, aunque en verdad parecen tener muy buenas razones para querer huir rápidamente de allí.

Con la prosa serena y un exquisito don para crear climas, en El colectivo Eugenia Almeida reproduce los años de plomo de la Argentina en una pequeña aldea que estaba segura de vivir en un orden natural. Sin caer en sentimentalismos, sin abusar nunca del color local, esta novela muestra que los hilos de la violencia pueden surgir en los parajes más insospechados, y que a veces se manifiestan con un silencio, con un rumor o con repentinos gestos de desprecio. Y también con la muerte, claro.

Datos del libro

• Autor: Eugenia Almeida.

• Nº de páginas: 153 págs.

• Encuadernación: Tapa blanda.

• Editoral: Edhasa.

• Idioma: Español.

   

   

  Opinión Personal 
  
  
  
  Es una novela de ficción ambientada en un pueblito del interior de la Argentina a mediados de la decada del setenta. La trama es simple nadie en ese pequeño pueblo sabe por qué, pero el único colectivo que pasa cada día repentinamente deja de parar allí. Ni la pareja que se hospeda en el hotel de la ciudad ni la visitante Victoria, hermana del abogado Antonio Ponce, logran abordar. 
  El pueblo está conmocionado ya que también ocurre otra extrañeza: desde el mismo día en el que el colectivo no para, Primitivo, el peón de la garita del cruce vial, mantiene el paso cerrado.  Las versiones que corren son muy distintas. La autora retrata el chusmerio y los distintos tipos de personalidades dándole al relato la atmosfera poblerina, pero retratando con gran exactitud la sociedad argentina a pequena escala.
  Están los acusadores, los que callan, los distraídos, los que quieren saber, los que no, los botones y los prolijos. Los pobres y los ricos. Los que mandan y los que obedecen. Los responsables. Y, por supuesto, los que escapan -no queda claro porque- de los milicos y del “algo habrán hecho” que murmuran las esposas bien.
  Una novela corta y entretenida, aunque me gustó la forma de describir la vida de pueblo de la autora, no me atrapó mucho la novela!!
  Igual aquí no hay una verdad absoluta, quizás a ustedes les encante!!